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Ansiedad y depresión en el siglo XXI: la realidad detrás de los tabúes

En el Día Mundial de la Salud Mental, se reflexiona sobre cómo en algunas culturas, incluida la colombiana, mostrar tristeza o inquietud se castiga.
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La comprensión de la ansiedad y la depresión en el contexto moderno requiere una mirada profunda y despojada de prejuicios. Estos trastornos, a menudo malinterpretados y rodeados de tabúes, representan un desafío significativo en la salud mental actual. Basados en la experiencia del profesor Camilo Espinosa, docente de la Facultad de Psicología y del Consultorio de Psicología de la Universidad El Bosque, exploramos estas condiciones a profundidad, con el fin de ofrecer una perspectiva clara y empática.

La ansiedad, en su forma más básica, es una reacción emocional natural que surge en situaciones percibidas como amenazantes. Su función es preparar al cuerpo para enfrentar o huir del peligro; sin embargo, cuando esta reacción se activa desproporcionadamente en situaciones cotidianas, se transforma en un trastorno de ansiedad. Esta condición se caracteriza por una preocupación excesiva, tensión y una serie de síntomas físicos como taquicardia y sudoración.

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"En la cultura colombiana, se nos castiga por expresar mucha tristeza o ansiedad. La primera reacción es invalidar esa emoción, diciendo que debemos estar agradecidos y felices con lo que tenemos"​​, señala el docente.

Por otro lado, la depresión es un trastorno mental que se manifiesta mediante una profunda tristeza, falta de interés en actividades placenteras, y una disminución general en la capacidad de sentir alegría. A diferencia de la ansiedad, que puede presentarse como una reacción exagerada a estímulos externos, la depresión a menudo se origina desde dentro, como una respuesta a un desequilibrio químico en el cerebro, experiencias traumáticas, o una combinación de factores biológicos, ambientales y psicológicos.

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El profesor Camilo Espinosa de la Universidad El Bosque explora la realidad detrás de la ansiedad y la depresión, destacando la importancia del tratamiento integral. Imagen: Freepik

Los tabúes y estigmas asociados con la ansiedad y la depresión tienen sus raíces en una larga historia de incomprensión. Estas condiciones son frecuentemente invisibles a los ojos de los demás, lo que lleva a la creencia errónea de que son meramente estados de ánimo pasajeros o productos de la pereza o la falta de voluntad. Además, en muchas culturas, incluida la colombiana, existe una expectativa social de mantener una imagen de fortaleza y felicidad constante. Esto puede llevar a las personas a ocultar sus verdaderas emociones, impidiendo así el reconocimiento y tratamiento oportuno de estos trastornos.

El impacto de no hablar o buscar ayuda para la ansiedad y la depresión puede ser devastador. Las personas que sufren en silencio a menudo experimentan un deterioro en varias áreas de sus vidas, incluyendo las relaciones personales, el rendimiento laboral y la salud física. En casos severos, esto puede llevar a conductas autodestructivas o incluso al suicidio.

Es vital reconocer los síntomas de alerta y buscar ayuda profesional a tiempo. Los principales indicadores incluyen no sólo los cambios en el estado de ánimo y el comportamiento, sino también el impacto en el funcionamiento diario, como dificultades en el trabajo o en las relaciones. Además, el consumo excesivo de sustancias y los pensamientos suicidas son señales de alarma claras que requieren atención inmediata.

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El papel de la familia y los amigos en este proceso es crucial. Proporcionar un entorno seguro y de apoyo, donde las emociones puedan ser expresadas libremente, es fundamental para alentar a quienes sufren a buscar y recibir ayuda. Es importante desmentir los mitos y concepciones erróneas, como la creencia de que estos trastornos no tienen solución o que los medicamentos son una cura total. Si bien la medicación puede ser un componente vital del tratamiento, es igualmente importante abordar las causas subyacentes a través de la terapia.

Existen varios tratamientos efectivos para la ansiedad y la depresión, incluyendo terapias de exposición, terapia cognitivo-conductual, mindfulness y terapia de aceptación y compromiso. La elección del tratamiento debe basarse en la evidencia de su efectividad y adaptarse a las necesidades individuales de cada paciente.

"La Asociación Psicológica Americana o la APA tiene una división, la División 12, que tiene la función de corroborar la solidez de la evidencia de los tratamientos para diferentes trastornos psicológicos, no solo ansiedad y depresión sino también trastornos alimenticios, de personalidad, psicóticos, etc."​​, explica el especialista.

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En el Día Mundial de la Salud Mental, se discuten estrategias para desmitificar los tabúes sobre la ansiedad y la depresión. Imagen: Freepik

La educación y prevención desde la infancia hasta la etapa adulta son clave para abordar estos trastornos. Una educación que se enfoque en la regulación emocional, la expresión adecuada de emociones y el reconocimiento de cuándo buscar ayuda puede tener un impacto significativo en la salud mental a largo plazo.

“Dentro de la educación desde la infancia hasta la universidad... Es una combinación de entender qué es lo normal dentro de una emoción, dar el espacio para expresar, pero también indicar dónde, cómo y cuándo es el lugar adecuado para expresar esa emoción en particular", profundiza. 

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Finalmente, es imperativo que la sociedad en su conjunto realice cambios para mejorar la comprensión y aceptación de la ansiedad y la depresión. Esto incluye una mejor formación para los profesionales de la salud mental, priorizar tratamientos basados en la evidencia y fomentar un cambio cultural que permita una mayor apertura y empatía hacia estas condiciones. 

Por tanto, desmitificar los tabúes en torno a la ansiedad y la depresión es un paso esencial hacia una sociedad más saludable y comprensiva. A través de la educación, el apoyo y un enfoque de tratamiento integral, podemos esperar no sólo mejorar la vida de aquellos que sufren, sino también fomentar una cultura más abierta y empática hacia todos los aspectos de la salud mental.